Capítulo 4

PUNTO DE VISTA DE AYLA

El Alfa Lucien me llevó por los pacillos de la enorme casa hasta llegar a mi habitación, en el ala donde estaba su oficina y su habitación. Mamá me explicó que el Alfa Lucien tomaría personalmente mi entrenamiento, aunque no entiendo a qué se refiere, no me ha quedado más remedio que aceptar todo lo que está sucediendo. Todo me parece un extraño sueño del que no puedo despertar.

Él me explicó un par de cosas… tal vez ser una mujer lobo no sea tan malo después de todo, sin embargo él no puede entender que mi madre haya guardado el secreto por tanto tiempo. Mientras conversamos, puedo sentir su delicioso aroma a sándalo en el ambiente y puedo sentir poco a poco como mi loba despierta y se enloquece al sentirlo cerca.

Sin previo aviso, empiezo a ver como comienza a quitarse la ropa, siento que mi loba está tranquila, aunque expectante; sin embargo yo, estoy sumida en la vergüenza.

- ¿De verdad? ¿Tu madre creyó que lo mejor para una loba es enseñarle el pudor de los humanos?

Me sentí estúpida al escuchar su respuesta, por lo que guardé silencio. Me detuve a contemplarlo, su torso desnudo y sus músculos contorneados; sentí seca la garganta al verlo. Mi loba estaba extasiada. Empezó su transformación, sutil y hermosa, hasta convertirse en un lobo negro de pelaje brillante y exquisito. Lo observé con admiración y agradecí su actitud sumisa, sólo se recostó en sus cuatro patas y me miró pacientemente.

- Cuando estás así ¿Puedes oírme?

No emitió respuesta… probablemente cuando toma forma de lobo, su lobo también toma el control…

- Como humano… eres el hombre más guapo que he visto en mi vida… pero cómo lobo…. ¡Dios! Eres maravilloso… Mi loba Alira debe ser hermosa también…

Mi loba sintió gran emoción y sentí su fuerza y ganas de querer salir y recostarse junto a él. No le entregué el control, dubitativa de lo que es capaz de hacer, pero sí cedí ante su necesidad de estar en contacto con ese magnifico lobo y me recosté junto a él, sintiendo su exquisito aroma, en poco tiempo me sentí vencida por el sueño y me quedé dormida sin lograr evitarlo. Cuando desperté, me encontraba sola, eran alrededor de las cuatro de la mañana; aun todos dormían, observé desde mi habitación el hermoso bosque y sentí ganas de conocer el lugar, por lo que me ajusté los jeans y una blusa blanca rápidamente y salí por la ventana en silencio, bajé los muros y corrí por el jardín frontal, rumbo al hermoso bosque. Estando allí sentí la necesidad de correr, para liberar todo el estrés que me había producido todo lo ocurrido el día anterior. Corrí y corrí hasta sentir el corazón en mi garganta, sentí una enorme sensación de libertad.

《Ayla, déjame salir… quiero correr al fin libre…》

La voz de Alira en mi mente se agolpaba y rogaba, y sentí que era justo que ella pudiese experimentar la libertad al igual que yo.

- De acuerdo, Alira, puedes salir

De inmediato sentí como mi loba salía a la luz por primera vez, la sensación de libertad dentro de mi se acrecentó aun más, podía sentir que mi corazón escaparía por mi boca de tanta alegría y plenitud… es verdad, jamás sentí esta libertad, puedo entender que esta soy realmente. Mi loba olió agua en la cercanía, por lo que nos acercamos, los rayos del amanecer ya traían claridad al bosque y logramos vislumbrar un hermoso lago adornado por una majestuosa cascada que brotaba desde una roca. Nos acercamos y miramos nuestro reflejo. Alira, es una hermosa loba plateada, majestuosa y de hermoso pelaje. Volví a mi forma humana, estaba desnuda, me sumergí en las aguas del lago, cerré mis ojos y disfruté del momento por largo rato, escuché en silencio el sonido del bosque; las hojas aplaudiendo al pasar del viento, los pájaros, la hierba. En un momento una voz interrumpió mis cavilaciones.

- Ahora puedo entender a qué se refería Emil… una privilegiada por la diosa de la Luna.

- ¿Cómo me encontraste, Alfa Lucien? – la única forma en que logré cubrirme fue acercarme a la orilla. Alfa Lucien estaba totalmente desnudo, se notaba que acababa de volver a su forma humana.

- El bosque no se encuentra sin vigilancia, reportaron a una loba plateada recorriendo la zona cercana al lago… como puedes ver, al Alfa de esta manada no se le escapa nada. – alardeó - ¿Cómo saliste de la casa sin que nadie te viera?

- Salí por la ventana. Pensé que al Alfa no se le escapaba nada

- Vaya… una loba con reflejos de gato, que gracioso… ya te has transformado en tu loba… eso es impresionante – No supe distinguir si aquello era una burla o un halago, por lo que me quedé en silencio. Él, despreocupadamente, se lanzó de un piquero al agua, emergió a la superficie y continuó hablando. – hoy el entrenamiento será en tu forma humana… debo medir tu agilidad y destreza, para saber que es lo que debemos abordar primeramente. Aunque los lobos no sentimos pudor ante la desnudez, siempre amarramos la ropa a una de las patas de nuestro lobo… así no tenemos problemas a la hora de algún imprevisto.

- Ese es un dato que me hubiese servido bastante hace una hora atrás…

- Tu loba debe ser muy hermosa… - me quedó mirando sin pudor frente a frente y sentí gran vergüenza, pero a la vez, un enorme fuego me recorría. Me permití recorrer su cuerpo con la mirada; era verdaderamente una escultura perfectamente tallada. Fue cuando pensé en sus palabras y me di cuenta que estaba evocando a mis palabras del día anterior.

- ¿Estabas escuchando lo que dije anoche?

- Cada palabra. Ya experimentaste la transformación, como lobos no perdemos conciencia… Debo admitir que ser tratado como una enorme mascota, fue extraño… más aun siendo un Alfa, nadie tendría la osadía de tratarme así – se acercó al punto de que nuestros cuerpos casi podían tocarse. Me dejé llevar por el exquisito momento y no me aparté

- Siento no ser apropiada, no conozco la forma en que llevan las cosas aquí. Aunque no me arrepiento de lo que sucedió anoche, recostarme junto a tu lobo me ayudó a calmar mi corazón, y es verdad… él es verdaderamente hermoso.

- ¿Y qué opinas de mi? – sentí sus manos en mi cadera. Su toque me dejó sin aliento

- Creo que ya escuchaste lo que opino de ti…

- No puedo entender por qué tienes este efecto sobre mi. Haces que mi lobo se enloquezca y quiera hacerte suya. – sentí que mis piernas se debilitaban ante sus palabras

- ¿Tu lobo siente eso por mi? ¿Y tu? ¿Qué es lo que sientes? – moví mis manos y las puse sobre sus firmes brazos, su cuerpo se estremeció ante mi toque.

Jamás sentí tal poder y seguridad… es probable que el despertar de mi loba haya provocado tal efecto en mi. Noté como en silencio, poco a poco, se acercaba a mi cuerpo y a mi rostro, no retrocedí y me entregué a ese momento. Llegó cerca de mis labios y se detuvo, contemplándome. Avancé hasta quedar completamente apegada a su cuerpo y sentí como él se estremecía ante mi contacto, tomó mi cabello con fuerza y me besó con pasión y deseo. Con su otra mano recorría mi espalda, mi cadera; yo aproveché ese momento para explorar su cuerpo también con mis manos, sentí como un bulto duro se apretaba contra mis piernas. Sus besos eran cada vez más bruscos y llenos de deseo, y sentí como su mano me apretaba cada vez más el cabello y la cintura, empezó a jalar mi cabello cada vez con más fuerza hacia atrás y a dejar mi cuello al descubierto, fue cuando soltó mi boca y quiso acercarse a mi cuello, lo besó y lamió. Cuando empecé a sentir que en su boca crecían sus colmillos de lobo, empecé a sentir temor… Esto no podía ser un simple jugueteo, mis manos se congelaron y él reaccionó, soltándome y dejándome caer en el agua. Inmediatamente se apartó. Se mojó muy bien la cara y salió del agua.

- ¡Qué querías hacerme! – le grité

- No me grites, Ayla. Respeta mi posición. – me habló con su voz de Alfa y sentí gran temor. Pero no cedí ante su intimidación y respondí con voz temblorosa

- Ibas a morderme…

- Soy el Alfa de esta manada, puedo tomar a la mujer que yo quiera como mi Luna.

- ¿Tu Luna?

- Mi mujer, mi loba, mi pareja… pero esto no sería justo ni para ti, ni para mi. Tu no eres la pareja que la diosa de la Luna tiene para mi. ¡No puedes serlo!

- Pues yo tampoco te aceptaría… ¡Animal! Ibas a lastimarme – me puse a llorar desconsoladamente.

- ¿Lastimarte? ¿Es una broma? ¿Qué sabes sobre la unión de los lobos? – bajó el tono de la voz con curiosidad.

- ¡Pues nada, méndigo estúpido!

- Baya… – pasó sus manos por su rostro – pues entonces reaccioné justo a tiempo. Es imposible que una loba tan estúpida e inexperta sea la pareja de un Alfa. – se alejó un momento y me tiró a la orilla del lago unos jeans y una camiseta – vístete, vamos a entrenar.

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