Jorge se quedó congelado, incapaz de moverse.
¿Certificado de defunción?
Jorge agarró a Martínez por el uniforme.
—¿Estás seguro de que no te equivocas? ¿Qué quieres decir con certificado de defunción?
Martínez se mostró sorprendido.
—No hay ningún error. Todos los documentos están aquí.
—Jorge, la muerte de tu esposa se registró en la Isla Bainbridge hace cuatro días. Ya se ha procesado.
—Y tu esposa tenía una abogada. Ella se encargó de todo el trámite.
Su esposa, que solo hacía unos días estaba justo delante de él, estaba... muerta.
Las piernas de Jorge se doblaron y se desplomó en la dura y fría silla.
Al padre de Clara le costó mucho tiempo entender las palabras.
Así que el teléfono de Clara no solo estaba apagado. Ella en realidad... se había ido.
Elio agarró el brazo de Martínez.
—Oficial, ¿mi hermana fue asesinada? ¿Han atrapado al asesino?
Martínez negó con la cabeza.
—El informe dice que era cáncer cerebral en etapa avanzada. Su abogada no dijo mucho más, solo que notificaría