Capítulo 55
Mi chico y yo nos miramos confundidos, sin entender cuál era el punto en esta historia. Al vernos las dos mujeres mostraron una inquietud culpable. El detective sonrió con suficiencia y con un gesto nos invitó a seguirlo.
Entramos a su oficina, deseosos de descubrir el nuevo giro de los acontecimientos. Nos sentamos en los sillones que se encontraban ubicados frente al enorme escritorio.
- Desde que empecé a investigar, comencé un trabajo encubierto, con el único objetivo de anticipar los pasos de Isabel. Mantuve una relación íntima por algún tiempo, hasta que... era una sádica y asesina, como el padre.
- ¿Entonces no...? - pregunté inquieta.
- No... cuando casi me lo sugieren pensé que iban a descubrirme delante de ella y tuve que actuar.
- Disculpe... Yo... lo siento.
Jerry se paró y le dio la mano en señal de agradecimiento.
- Gracias - dijo - por todo.
El detective afirmó con el característico movimiento de cabeza.
- Ahora tenemos a aquellas mujeres