Mundo de ficçãoIniciar sessãoCristina retrocede, ayudada por Salvador, quien al verla con el cabello completamente empapado dice con voz firme pero serena:
—Lo mejor será que vayamos adentro y te coloques una toalla. De lo contrario, vas a atrapar un resfriado.Cristina asiente, soltando una ligera risa. Juntos ingresan al interior de la casa. Ella, frotándose los hombros con los brazos para intentar entrar en calor, mira a Salvador antes de dirigirse a su habitación.—Lamento mucho lo de tu camisa —dice con tono apenado.Salvador sonríe de lado y responde:—Bueno, tú ya lo dijiste… solo es ropa.Cristina sonríe también, y sin decir más, comienza a subir las escaleras. Antes de entrar a su habitación, se detiene frente a la puerta del cuarto de Valentina. La observa en silencio: la pequeña sigue durmiendo plácidamente, abrazada a su peluche favorito. Esa imagen le arranca una sonrisa dulce.Cierra la puerta con cui






