Punto de Vista de Judy
El tren de aterrizaje golpeó la pista con un estruendo sordo, arrancándome del sueño a medias.
La luz pálida del amanecer se filtraba por las ventanillas ovaladas, dándole la bienvenida a un nuevo día en Francia. Habíamos volado todo el día para llegar hasta aquí, y el cansancio me pesaba hasta en los huesos; el desfase horario me tenía completamente desorientada.
Gavin besó mi sien antes de levantarse y me ofreció una mano que tomé sin dudar, dejando que me ayudara a bajar junto con los demás.
Apenas pisamos tierra, el aire frío y limpio nos envolvió; olía a lluvia lejana y a pino, las montañas del horizonte parecían esculpidas con niebla y recuerdos.
Un SUV negro nos esperaba en la pista, junto a él se encontraba un hombre alto, con un abrigo gris impecable y el cabello oscuro peinado hacia atrás con precisión. Tenía esa postura segura que solo da el ser el segundo al mando.
Ya sabía quién era: lo había visto en las competencias Gamma. No asistía siempre, pero