POV en Tercera Persona
Incluso en forma de lobo, a Ethan le tomó casi toda la noche llegar al escondite de los maleantes, que básicamente era solo una casa en medio de la nada. Había un par de aldeas de maleantes diferentes cerca, pero los más peligrosos nunca vivían entre los demás. Preferían la soledad para poder cumplir todas sus enfermas fantasías. La idea de que esos maleantes grasientos tocaran lo que era suyo lo enfurecía.
Planeaba arrancarles la garganta a cada uno de ellos y hacer que se arrepintieran de haber tocado a Judy Montague. Cualquier otro pensamiento desapareció cuando cedió el control a su lobo. Su lobo seguía emparejado con Judy, así que podría encontrarla con facilidad. Ethan conocía más o menos la ubicación donde se quedaban estos maleantes, pero una vez que se acercó, todo comenzó a parecerse y se desorientó un poco. Su lobo, por otro lado, podía captar el aroma de Judy con facilidad y pudo rastrear su ubicación a la perfección.
La casa era una choza destartalad