37
La pasión de Evan
Ni siquiera me percate de donde me estaba llevando Evan, mi mente estaba en la luna. Ni siquiera le preste atención cuando habíamos llegado, subimos a un elevador para subir al último piso del edificio donde Evan había mencionado que aquí pasaba la mayor parte de su tiempo. Con una mano apoyada en mi cintura me adentra a su departamento.
Inmediatamente me dejo caer en el sofá más cercano que tenía a la vista y allí me quedo mirando mis manos nerviosas y temerosas. Aun no podía procesar nada de lo que Nicholas me había contado, y es que era tan pero tan difícil de creerle, por más que trataba de darle una lógica a todo aquello, parecía que simplemente no podía hacerlo.
He odiado a Nicholas, a los Hamilton desde casi toda mi vida. Quitar esa imagen que ten&ia