La fiesta del alfa

Sabía que por naturaleza los alfa eran muy posesivos y algo celosos, pero Adrián se comportaba más como la bestia que llevaba adentro. Desde que había sentido el olor de Joaquín en mi cuerpo, se volvió más sobreprotector de lo que ya era; cada vez que iba al trabajo, siempre me abrazaba tan fuerte que me envolvía con sus feromonas, aunque fue una batalla titánica para que darle mis motivos para no dejar el trabajo. Pese a que aceptó a regañadientes, después de varios pucheros y un: “No te besaré ni te abrazaré. Estoy molesto”, terminó aceptando. Cuando podía, besaba mi vientre o ponía su mano como si buscará algo o más bien a alguien. Me parecía demasiado extraño porque las y los omega recesivos están el mínimo por ciento de tener un embarazo. Algunos casos podían ser tanto el deseo de madre, que en realid

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