Capítulo 34

Cuando Alek llego al hotel, no se contuvo y fue directamente a la habitación de Sarah. Como era su costumbre entro a la habitación sin llamar a la puerta, camino hasta la estancia donde pensó que encontraría a Sarah, pero ella no estaba ahí, así que le echo un ojo a la terraza, pero tampoco.

Por lo que se tomó el atrevimiento de ir a su habitación, aunque por el silencio que había alrededor comenzó a sospechar que no estaba ahí, aunque realmente no tenía a donde ir; sin embargo, al abrir la puerta la encontró sentada a mitad de la cama, su mirada era pensativa y su mirar melancólico.

—¿Quién se murió?—dijo Alek para hacerse notar y también para dispersar ese aire a tristeza que se percibía a su alrededor, pero cuando Sarah miro en su dirección, él notó que sus ojos estaban llorosos y si bien aún no había rastro de lágrimas sobre sus mejillas, era claro que no faltaba mucho para que eso ocurriera.

De pronto y sin que lo esperara, Sarah derramo una lágrima que trato de eliminar de inmed
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