Seducida por el millonario
Seducida por el millonario
Por: karli_estrella
Capítulo 1

El trabajo fue como todos los días, cansado, me duelen los pies, me siento que moriré lentamente, me siento que envejezco y  no recibo besos hace tiempo de mi esposo, lo que recibo, solo son regaños, ver su cara de limón, me estresa, aunque en la oficina hoy Felipe estuvo cariñoso conmigo, no se de la nada me beso y yo le bese, me siento libre, pero es confuso no se si me gusta el, yo solo quiero algo rico, alguien que me estremezca mi hermoso cuerpo, me siento confundida, el paso sus manos sobre mi cuerpo, se siente delicioso, cabe destacar que el hizo temblar mis piernas hoy en la oficina, lo único que mantiene cuerda, pero se que el prohibido para mí, siento todavía sus manos en mi piel, fue excitante, peor se que eso no pasara de nuevo, yo necesito un hombre soltero, que me meta contra la pared y me haga el amor.

así de simple no pido mucho a los hombres, solo que me hagan sentir mujer, no les cuesta anda, complacer a una mujer, aunque en mi caso, no es así, solo canas verdes me sacan, yo quiero un hombre que suspire por mí, que me diga cosas al oído que encienda la llama de mi corazón.

Necesito alguien que me toque la cintura, me tire a la pared, me bese el cuello bien rico, me diga te besare, para que no me olvides, que me diga ¡oye dime tu verdad!, ¡te como, como te mueves en la disco, muévete en la cama!.

Quiero ser la sumisa de un hombre, que me haga cosas, que me haga perder la cabeza, que me mire con ojos penetrantes, y me haga perder mi cerebro, que solo piense en él, que logre besar la boca de alguien, de esa persona, que me enseñe el peligro en la cama, así de rico y delicioso, que con el me pierda en su mirada, las horas pasen lento, y que su boca busque mi boca, necesito un hombre hecho y derecho, que me consuma, hasta mas no poder, hasta jadear y perder mis neuronas, un hombre que me haga suya para toda la vida.

Quiero un hombre que no sea prohibido, y si es prohibido pues que me saque a escondidas, nadie porque tiene que entrarse de lo que hago yo, y menos de lo que dejo de hacer, a veces pienso que estar amarrada a Martin me trae problemas, estoy cansada de lavar su ropa, estoy cansada de todo, es detestable, ese hombre, lo espero en mi cama muchas veces, nunca esta, nunca llega, el dice que todo es trabajo, y eso no es cierto, yo aparto tiempo para él, pero el no quiero sexo conmigo, y entonces no sé porque después me reclama.

Total, a Martin ya lo descarté, ya lo probé una vez, me lo comí, y no era para tanto, no sabe moverse en la cama como Felipe, hay esos recuerdos, de cuando casi nos descubre su mujer, tuve que salir prácticamente por la venta, no es para tanto, Martin está perdido sin mí.

Sabroso, esos besos, que haces que alucine, cabe destacar que Felipe me beso toda completita, y no tuve que pedir permiso, el solo me tomo de la cintura, me pego contra la pared me quede sin respirar, me metió su miembro bien rico, claro usamos protección para evitar un embarazo.

En mi mente solo esta Felipe haciéndomelo rico, lo único que me calma mi ansiedad, de sentirme tan mal conmigo misma.

Casi se escuchan mis gemidos en la oficina, tuvimos suerte que la puerta estaba con llave, si no el jefe nos materia, mi jefe es muy gruñón, y yo se que hasta el me desea, ¿cómo lo sé?, porque el mucho me mira, parece celoso, ya que soy prohibida para él, solo quiero éxtasis delicioso en el yate.

Aunque cabe destacar que el yate me recuerda a Felipe, un dia lo hicimos y fue divertido, fue como volar, todo el cuerpo liviano, sin presiones, todo lento pero discreto, tambien recuerdo cuando me llevaba a su hotel fino, a tomar vino, y hacer mas travesuras, se que Felipe es liberal, y se mete con cualquier mujer, pero el me dice su favorita, yo soy su favorita, la que le mueve el tapete, y el mueve mi tapete tambien, muero en sus labios, ricos, el es un poco loco para andar besando, pero lo hace bien, siempre me dice que por un beso, o mas besos, la vida nunca deja de sorprenderte.

A veces pienso que Felipe sabe meterse en líos por mí, y luego que pasa el lio, pues el me hace una mirada como quien dice volvamos a comernos y esta vez espero no nos descubran y menos que sospechen algo de nosotros.

Sabroso, esos besos, que haces que alucine, cabe destacar que Felipe me beso toda completita, y no tuve que pedir permiso, el solo me tomo de la cintura, me pego contra la pared me quede sin respirar, me metió su miembro bien rico, claro usamos protección para evitar un embarazo.

En mi mente solo esta Felipe haciéndomelo rico, lo único que me calma mi ansiedad, de sentirme tan mal conmigo misma.

Casi se escuchan mis gemidos en la oficina, tuvimos suerte que la puerta estaba con llave, si no el jefe nos mataria, mi jefe es muy gruñón, y yo se que hasta el me desea, ¿cómo lo sé?, porque el mucho me mira, parece celoso, ya que soy prohibida para él, solo quiero éxtasis delicioso en el yate.

Después de mi trabajo y lo delicioso que lo pase con Felipe en la oficina, cuando bajo mis calzones, lento, despacio, tocando cada parte de mí, besándome hasta abajo, esa sensualidad que se maneja es exquisito, todo mi cuerpo ardía, ante su toco, ya sentía que me moría, mi respiración tuve que contenerla, que hombre para meterme su miembro tan delicioso, quede satisfecha, no sé si repita, pero bueno hay que ser cuidadosos.

Yo quiero un hombre que sea caballeroso, que no se aparte de sumisa, y seducida, quiero algo más, alguien en quien confiar, verle a los ojos con deseo, quiero quitarle la ropa, besarle el abdomen, y si el me dice que haga algo lo hare, ser su sumisa, eso quisiera, bajarle los pantalones y que me lleve a ala nube, necesito y tengo derecho a ser feliz, Martin no me hace feliz, no me hace sexo, cada vez esta mas lejos, no se que hago mal, si todos los hombres se mueren por mí, necesito sexo, que alguien me muerda el cuello delicioso, abrir mi cuerpo para él.

Me voy a mi  restaurante en busca de comida, camino por el pasillo, y me da un ataque, me sobresalto cuando veo otro chico guapo, de ojos azules, viéndome a mí, el se acerca a mí, y yo no se mi mente y mis manos sudan, las gotas de sudor bajan por mi cuerpo, es que es inevitable, ese chico a clavado su mirada en mi, hace tiempo no me siento así, se acerco más, siento el calor intenso en mi cuerpo, estoy a punto de caer muerta en el piso, su olor a perfume me enloquece no se quien es, pero mis hormonas se alborotan.

—¿Qué desea llevar? —la voz del joven es dulce, sensual, esa boca carnosa.

—Comida mexicana —mi voz tartamudea, congelándome de pies a cabeza.

—Tome asiento por favor, ya la atendemos linda —su voz tierna, recorre mis oídos, desnudando mi cuerpo.

El lanza una mirada, desnudando mi cuerpo, yo me siento alagada, que salto de felicidad, y casi grito de felicidad, es normal después de tantos meses que Martin no me da calor.

5 minutos después de que el Joven camarero, me lanza miradas tan deliciosa, esa mirada me vuelve loca, ya me sentía que me decía “vente conmigo”, yo me voy con él, pero no creo que me pida eso.

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