Samantha apagó la estufa y se acercó a la repisa para sacar un par de vasos. Estaba de puntillas cuando sintió un par de manos sujetándola por la cintura y sonrió.
—¿Qué harás durante el almuerzo? —preguntó Giovanni antes de tomar los vasos por ella y colocarlos en la encimera.
Se dio la vuelta y lo besó.
—Me reuniré con mi padre. Él me envió un mensaje ayer en la tarde.
Esperaba que él tuviera algo que decir algo al respecto, pero se limitó a asentir con un gesto pensativo.
—Entonces, supongo que tendré que esperar hasta la noche para verte otra vez. —Giovanni la besó con intensidad hasta que a ambos les faltó el aliento—. Eso debería bastar… aunque quizá necesitaré unos cuántos iguales a ese.
Sacudió la cabeza mientras sonreía. Le gustaba esa nueva faceta de Giovanni.
—Por cierto, hay algo que quería decirte.
—¿De qué se trata?
—Es sobre tu seguridad. A partir de ahora, siempre habrá un par de personas cuidándote.
—¿Por qué? ¿No crees que es un poco exagerado?
—Es solo por precauc