Diariamente seguía mirando mi teléfono celular, esperando que Francis enviara algún mensaje. Ni siquiera sabía si vendría a la fiesta de Navidad.
Me preparé para la entrevista en la tarde y antes de irme pasé por la casa de Provost. irina respondió:
- Hola Virginia.
- Irina... - La abracé. Apuesto a que te estás perdiendo el lío que Francis y yo dejamos para ti.
Ella rió:
- Confieso que sí. La casa y la vida están completamente vacías sin ustedes dos.
- Sabes que puedes llamarme cuando te sientas solo... Siempre estoy cerca... Sin un buen lugar adonde ir. - Bromeé.
- ¿Quieres saber de mi hijo? Ella sonrió irónicamente.
- Bueno... Más o menos. Estás... ¿Asistirás a la fiesta de Navidad en mi casa?
- Sí.
- ¿Todos ustedes?
Ella rió:
- Cariño, no sé si vendrá Francis.
- ¿Como asi?
- Tal vez salga con algunos amigos.
- Pero... yo soy su amigo.
- Creo que alguna vez fueron amigos... ¿Todavía lo son?
No... Ya no lo éramos. Y se alejó completamente de mí. Y no sabía si fue porque le confesé q