DANIEL O'HIGGINS
Pongo mis manos en la espalda de Rosario, pero no soy capaz de apartarla, solo la acerco aún más a mi. Se que lo que estoy haciendo es incorrecto en varias formas, pero lo estoy disfrutando. Gracias a ella estoy conociendo algunas cosas que jamás había experimentado.
Ella rompe nuestro beso y con mi mano en su cuello la atraigo nuevamente para volver a besarla escuchando así un gemido de gusto que solo hace que desee continuar en búsqueda de más sonidos como ese.
Al cabo de varios segundos ella rompe nuestro beso nuevamente y pone sus labios en mi cuello dejando así un rastro de humedad que me eriza la piel. Me estiro hacia atrás permitiéndole un mayor acceso y poco después comienza a tocarme sobre el pantalón. Mis manos, ahora en su cadera se aprietan y es mi turno de gemir de placer.
Rosario desprende mi pantalón y mete su mano en mi boxer, en ese momento es cuando un sonido nos hace volver a la realidad y ver en la situación en la que estamos. Christian