—Felicidades papis —musitó dulcemente el doctor.
—¡Lana! —Vio cómo pudo, a la pequeña desde la posición en la que estaba.
—¡Es hermosa! —exclamó el joven acariciando la cabeza de la bebe.
—¿Cómo se llama?
—Lana Rose Roux Galanis —respondió Francis con una gran sonrisa y con los ojos llenos de lágrimas.
—Muy bien, bienvenida al mundo Lana Rose —espetó el doctor—. Debemos vestirla y llevarla a su incubadora.
—¿Qué? ¡No! No se la lleven. —Kimberley vio cómo el doctor se la daba a una enfermera.