Capítulo 22.
En medio de la noche, después de un día agotador en el que Luciana no había podido dar con la solución  o la respuesta correcta fácilmente, estaba durmiendo en su habitación.
Entre las sombras, una caricia como un susurro a media noche en medio del vacío provocó que ella despertar y comenzara a sentir cierto cosquilleo.
“Es… este sueño es…” interrumpió su pensamiento porque la conciencia de ella despertó por completo y en plena oscuridad supo que estaba acompañada.
 La mano de alguien que no había podido identificar, bailaba como una especie de ritual por todo su cuerpo.
— ¿Qué sucede? ¿Quién es?— cuestiona ella aun con la garganta cerrada.
Aunque un olor peculiar llega a sus fosas nasales provocando que su corazón, así como su respiración comenzara a acelerarse, eso fue una invitación a que ese ser misterioso protegido por la oscuridad se revelará.
— ¿No tuviste suficiente conmigo que buscaste a mi hermano también?
Luciana se tensó de inmediato, al reconocer el dueño de esa voz.
—Eric