Por Valeria
Ella se dio vuelta y se sentó en la cama con una inmensa sonrisa.
-Veo que esto fue más rápido de lo que esperaba.
Dijo esa mujer y juro que me siento sepultada.
-¿Karina?
-¿Cómo te va primita?
-¿Qué hacés acá?
Alejandro que estaba entrando al baño, volvió sobre sus pasos.
Nos miraba a las dos.
-Preguntale a tu novio, debés ser pésima en la cama, ya es el segundo, que luego de tenerte, me busca a mí.
Debo decir que si antes estaba temblando y me sentí morir cuando la ví, en esté momento me humilló con ganas y sus palabras duras y denigrantes, lastimaron muchísimo a la mi ya baja autoestima.
-Vale, yo no…
-Tranquilo Ale, mi prima debe tener razón, ella a esta altura es una profesional.
-A mí no me vengas a humillar, estoy en su cama y vos no, lo enganchaste conmigo y esta vez lo encontraste en acción, no como al idiota de Diego, que le creías hasta la última mentira que te decía, estabas tan enamorada, jajajaja.
-Te pido que te retires.
-Yo no me voy a ir, pensábamos pasar