Capítulo 32.
Catherine tomó la frazada que había sobre la cama para cubrirse, esto ante la mirada atónita por parte de Zack, a quien le fue imposible reprimir una gran carcajada. El gesto de la joven se le hacía tan infantil, característico de su inocencia y su forma de ser.
–Zack, ¿qué estás haciendo aquí? –lo reprendió ruborizándose desde la cabeza hasta la punta de los pies.
– Sólo venía a decirte que ya está listo el desayuno, cariño – dijo sin poder parar de reír.
– ¿No te han enseñado que debes llamar a la puerta antes de entrar a una habitación? – continuó regañándolo.
El quiso avanzar hacia donde estaba ella para darle un beso, pero la chica retrocedió entrando rápidamente al cuarto de baño completamente avergonzada.
– Vete para que pueda vestirme – gritó.
Zack no podía parar de reír ante la actitud de Cat, así que decidió hacerla sufrir un poco más.
– ¿Pero por qué te ocultas, pequeña?, si estás hermosa – soltó con desparpajo incrementando aún más el rubor de las mejillas de