NARRACIÓN: SEBASTIÁN
Mierda, no puedo hacer lo que ella me está pidiendo. Incluso si quiero hacerlo, me aterra el simple hecho de pensar hacerlo.
—Pídeselo a alguien más, por favor.
—Eres el único que puede ayudarme con esto, no puedo pedírselo a alguien más. Por favor ayúdame—dicemientras me observa con los ojos llenos de lágrimas.
—Maldita sea— digo antes de estirar mi mano y tomar las tijeras— te odio por lo que me has convertido. Te odio por hacerme débil frente a ti… supongo que es por que te amo.
—¿En verdad lo harás?— me pregunta. Limpiándose las lágrimas del rostro. Para ella en estos