Continua... Cap. 9
— Ya extrañaba tu voz, tengo entendido que no puedes hacer ningún tipo de llamadas, es mejor por tu seguridad.
— ¡Tomás, cuéntame cómo van las cosas!
— No te preocupes por nada, todo se está manejando de la mejor manera. Solo quiero que te cuides, no quiero que te lastimen ¿Cómo se ha portado David contigo?
— David, se ha portado como un caballero, es más, creo que me cuida y me protege demasiado, siempre sabe que quiero, y está siempre al pendiente de mis cosas.
— ¿Cómo está tu pierna y tu muñeca?
- Aún me duelen, pero ya me he sentido mejor.
— Me alegra por ti, te estaré llamando solo cuando sea necesario, ya que pueden intervenir los teléfonos y no queremos que los encuentren.
— Gracias, Tomás. ¿Qué haría sin ti?
- ¡Cuídate, adiós!
Para Tomás, la idea de que Camila, este a solas con David le molestaba de sobremanera, se había enamorado de la joven locamente, pero eran las órdenes del señor Julio, y este confiaba ciegamente en su nieto, que no le haría daño a la joven. Las pal