Al escuchar esto, el corazón de Mateo se contrajo dolorosamente, con una tristeza que no podía expresar con palabras.
Sus ojos reflejaron rápidamente un destello de dolor mientras sacaba su teléfono y le transfería dinero a Ana.
—Transferencia recibida: 100,000 dólares —anunció la voz mecánica desde el teléfono de Ana.
Ana arqueó una ceja, mirando a Mateo con menos hostilidad que antes, y dijo con cierta comodidad: —La próxima vez controla a tu hermana. Esta vez tuvo suerte de toparse conmigo, pero la próxima... no seré tan comprensiva.
Dicho esto, Ana se dio la vuelta para irse.
—Espera —la llamó Mateo.
Ana lo miró por encima del hombro —¿Algo más?
La mirada de Mateo se posó en su muñeca vendada. Bajó los ojos —Te llevaré al hospital para que te revisen.
Ana se negó: —No es necesario, lo tomaré como si me hubiera mordido un perro.
Con ese comentario, aparentemente estaba llamando "perra" a Paula, pero en realidad también estaba incluyendo a Mateo en el insulto.
Si Paula era una "perra