Laura había consultado con un abogado sobre todos esos detalles legales. Desde que descubrió la infidelidad de Ricardo, no había dormido una noche tranquila. Después de décadas como ama de casa, para asegurar su futuro, necesitaba planear su salida. Laura ya lo había decidido. Si Ricardo finalmente rompía con ella, pelearía por una mayor parte de los bienes. Sus dos hijos, sin duda, la apoyarían. Después de todo, ella era la víctima y Ricardo el culpable. Todo iba según el plan, ¡pero Viviana lo había arruinado todo! Especialmente al descubrir que Ricardo podría tener un hijo ilegítimo llamado Armando…
—La señora Ramírez es de esas que se aprovechan de los débiles. Es obvio que la culpa de que Santi se haya perdido es de su hijo.
Ana se acercó a Viviana mientras decía eso. Su presencia le dio a Viviana una inyección de calma. Su corazón agitado se tranquilizó al instante.
Laura la miró con disgusto. —¡Esto es asunto nuestro! ¡No te metas, entrometida!
Ana ya había sido excluida de la