¡Qué noche! Literalmente podría escribir un libro o más bien una comedia barata. Y seamos sinceros… probablemente nadie lo compraría.
— ¿Osita? ¿En serio? —murmura Jake mientras subíamos las escaleras.
Bufé, sin mirarlo. — Ni me lo recuerdes.
Llegamos a la puerta de la habitación en que nos quedaremos, abro despacio, exagerando cada movimiento, como si estuviera a punto de revelar algo.
— Ta-dá —digo, girándome hacia él con una sonrisa amplia y ridículamente falsa.
— ¿Es en serio? —responde, arqueando una ceja mientras cruza los brazos.
La habitación es amplia, las paredes son de un color en un beige suave, cortinas de terciopelo gris, una cama king size cubierta con un edredón blanco, una mesita de noche de cada lado de la cama con unas lámparas, un sillón de col