Cristian dijo con algo de sorpresa: —Qué... ¿coincidencia?
Logan: —Sí.
Cristian dijo: —Somos muchos, mejor bajen primero y esperamos al próximo.
—Sí, hasta la próxima.
—Hasta la próxima.
Las puertas del ascensor volvieron a cerrarse y Rebeca y Cristian tuvieron que esperar al siguiente.
Un momento después, al entrar en el ascensor, sonó el celular de Rebeca.
Era Carolina.
Rebeca se disculpó con los demás antes de responder el teléfono: —Hola.
—Mamá, ¿saliste del trabajo? ¿Cuándo vuelves?
Carolina había hablado por celular con Rebeca todos los días desde que se lesionó el pie y, tras saber que el pie de Rebeca estaba curado, ayer le preguntó cuándo iba a volver a casa.
Rebeca estaba ocupada con el trabajo estos días y anoche rechazó volver para estar con ella.
Al oír a Carolina preguntar, dijo: —Acabo de terminar, vuelvo en un rato.
El ascensor estaba abajo cuando colgó.
Preguntó curioso el señor García: —Señorita Estrella, ¿tiene una hija?
Rebeca: —Sí.
—Vaya, no se nota que ya es madre