Sin embargo, viendo que Cristian e Israel también estaban allí, no parecía tan sorprendente ver a Rebeca.
Juan tampoco esperaba encontrarse aquí con su hijo.
Le dijo: —¿Quedaste con alguien?
Harry: —Sí.
Matías se rio: —Juan, ¿este es tu hijo?
Juan rio: —Sí.
—Muy guapo, no está mal.
Harry naturalmente sabía quiénes eran Matías y Pablo.
También sabía que su padre tenía buenas relaciones con todos ellos.
Pero Matías, Pablo e Israel eran iguales, todos estaban muy ocupados normalmente, y aunque eran conocidos de su padre, en realidad nunca los había conocido.
Al ver que Matías tomaba la iniciativa de saludarle, Harry estrechó cortésmente la mano de Matías y le dijo: —Me halaga.
En cuanto las palabras salieron de su boca, vio a Natalia y José saliendo del auto.
Se sorprendió un instante.
José y Natalia se quedaron asombrados cuando salieron del coche, al igual que Harry e Israel, y Pablo y los demás.
No era fácil encontrarse con Israel, Pablo y los demás.
Hoy, de hecho, estaban todos reunid