Rebeca estaba a punto de decir algo.
En ese momento, el celular de Logan volvió a sonar.
Presumiblemente era la llamada de Natalia, Logan se dirigió hacia la puerta y dijo en tono amable: —No es muy grave, no te preocupes demasiado...
Carolina se despertó después de que Logan regresara de la llamada.
Al verlos, gritó confusa: —Papá, mamá.
Rebeca y Logan respondieron al unísono: —Sí.
Posiblemente por el mareo, Carolina, en la cama, miró a Logan y luego a Rebeca, y apenas se despertó un instante antes de volver a dormirse con el ceño duramente fruncido.
Preocupados por perturbar el descanso de Carolina, Logan y Rebeca acordaron en silencio guardar silencio durante un rato, y solo cuando Carolina estaba dormida profundamente, Logan miró a Rebeca: —¿Te quedas?
Rebeca no dijo nada, pero el hecho de que se quedaba quieta le daba la razón.
Logan tampoco dijo nada más.
Pero tampoco se fue, yendo a sentarse en el sofá.
Rebeca se sentó en la silla y se apoyó en la cama durante un buen rato antes