Capítulo XLIV

El mundo me da vueltas y las tripas se me revuelven.

De pequeña tenía amigos, tanto como niños y adultos que vagaban en mi vida; entraban y salían de ella. Gabriel pudo abrazarme, reír conmigo, ¿y para qué?, ¿engatusarme?, ¿ganarse mi confianza a tan plena edad? Porque la última vez que pude verlo fue mediante la cortina corrida de mi habitación. La mirada de odio que recibí me dejó con una tristeza gigante durante días. Mi único amigo adulto que valía la pena me había dejado a un lado. Son memorias que por fin después de mucho han vuelto a mí para mostrarme un dolor inenarrable.

Ese cabo ya está atado. Faltan los otros sueltos.

No suelto a Zelig, no me lo permito. Estoy entumecida, sin poder hablar o reaccionar como es debido.

Vaya vida de mierda. El vampiro que tuvo una “bonita amistad” conmigo,

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo