Capítulo 10. El miembro de la nobleza.
La noche era radiante y hermosa, con las estrellas brillando intensamente en el cielo despejado. Blair y Oliver se encontraban cómodamente instalados al pie de la chimenea, mientras el crepitar del fuego creaba un ambiente cálido y acogedor. Después de una cena deliciosa, ambos disfrutaban de una copa de vino mientras el aroma del tinto llenaba el aire.
Oliver, con una mirada profunda y sincera, rompió el silencio.
—Blair —dijo suavemente, — ¿quieres hablar de cómo llegaste a la subasta? No puedo evitar notar que hay algo puro y sencillo en ti, algo que no encaja con aquel lugar.
Blair bajó la mirada, sintiendo cómo su corazón se encogía al recordar.
—Fue mi madrastra —respondió, y su voz tembló ligeramente. —Es una mujer cruel, llena de odio. Me llevó allí en contra de mi voluntad, como si fuera un castigo.
Oliver se horrorizó al escuchar sus palabras; su expresión se tornó seria y decidida.
—Eso no puede quedar así —dijo con firmeza. —Ella pagará por lo que te ha hecho. Me encargaré