*Sara*
—¡Sebastián suéltala!—grito John sabiendo que él me estaba lastimando.Me dijo algunas cosas más, pero no lo escuché, me dejó en el suelo completamente confundida, inmediatamente se pusieron a mi alrededor como un escudo humano.John me agarró en brazos y me puso sobre él en uno de los sillones.—Si lo que quieres es volver a verla no deberías de tratarme así—dije y al decir esas palabras lo único que logré fue que lanzará otro gruñido más feroz que el anterior.—Basta ambos—dijo Joseph poniéndose de pie—buscamos a tu Luna y ella es la Luna de tu hermano, vuelve a lastimarla y seré yo quien la defienda—dijo con total autoridad el Rey.Sebastián no contesto solo se quedó viéndolo aun con los ojos de su Lobo.La casa se quedó en silencio y en ese momento una música lo interrumpió.Era mi celular sonando.Miré la pantalla, reconocí el número.—Hola—dije con la voz temblorosa.*John* Habían pasado dos años desde el incidente de Reichel. Nuestra hija Amara, ya tenía un año y cinco meses, como una Loba se desarrollaba más rápido que los bebés humanos, ya caminaba y decía muchas palabras, era inteligente y la mimada de la manada. Tenía ocho meses cuando se transformó en Loba sorprendiéndonos a todos, es el record de la familia, seguido de Sebastián que lo hizo cuando tenía un año y dos meses. Su Loba tiene ojos lilas como los de Mora, la Loba de Sara, pero el color de su pelo es como el de Mats, gris oscuro con blanco. Sara aún extraña a Reichel y aunque me diga que no habla con ella sé que lo hace, aunque no sé cómo. Sebastián hace más de un año que se aisló de la familia, habla lo justo y necesario y solo por negocios, asegura que su vínculo con Reichel se terminó, que ella rompió el lazo como nos había amenazado miles de veces a Sara y a mí. Una mañana le pregunté a Sara que si eso er
*John*—Sí, lo hará en la siguiente Luna y anunciará la asunción de Sebastián—dijo igual de segura que antes.—¿Puedes explicarme cómo es eso?—cuestione intrigado, todo este plan de Reichel me estaba generando demasiadas preguntas.—Una guerra se aproxima, soy la compañera de Sebastián, como tal tu familia debe protegerme, pero si Sebastián asume el Trono yo sería Reina así que todos los Lobos deberían defenderme—explicó y se quedó pensando unos minutos—no entenderás nada ahora, si te lo intento explicar tu mente sólo se confundirá más, debes confiar en mi John—dijo al ver que no llegaba a ningún lado con su explicación.—¿Guerra? ¿Entre quienes?—pregunte con preocupación.—Entre todos, acusare a varios Reyes de asesinato y muchos líderes se pondrán en pie de guerra a favor y en contra nuestra—dijo, su seguridad me daba más miedo que sus palabras.—¿Guerra? Hace trescientos años no hay guerras entre las distintas Razas—afirmó Mat
*Sebastián* John salió de mi oficina, él no mentía, pero no había esencias alrededor de él que me indicaran que estuvo con Reichel. —Nuestra Luna nos abandonó—dijo Gregory triste como un perro abandonado. Me quedé pensando unos minutos. Al fin llamé a Rouse y cancele la reunión con su familia, le dije que tenía trabajo que hacer y no podía posponerlo, al final nos reuniríamos el jueves. Si voy a la casa y ella no está, le arrancaré la cabeza a John. Gregory no volvió aparecer, ya llevaba meses sin hablarme, al escuchar el nombre de Reichel se ilusionó, pero sin esencias sólo volvió a desaparecer. Era martes y llegué a la casa, fui recibida por una Caroline feliz de verme, me abrazó y le devolví el abrazo sin ningún ánimo de demostrarle cariño. —Hey, llevas meses sin verme y así me saludas—dijo al ver que no tenía ganas de abrazarla. —No me quedaré por mucho tiempo—dije entrando en la cocina.
*Sebastián* —Rei tapate la espalda—dije intentando sonar tranquilo pero la voz me salió ronca. Ella me miró y solo sonrió. —¿Mañana podemos ir a comprar los regalos no?—preguntó Sara intentando cambiar de tema. —Sí, pero no llevemos a los niños, que tal salida de solo chicas—dijo con los ojos blancos. —Me parece genial—comentó Caroline con rapidez. El Lobo que la acompañaba regresó y se puso a su lado. —Cuando dirán algo ustedes dos—les dijo mientras miraba al Lobo y luego a Caroline. —¿Amor te diste cuenta?—preguntó él mirándola solo a ella. —No puedes permitir que le hable así a nuestra Luna—dijo Gregory furioso. —Huelen asquerosamente a compañeros—dijo y sus ojos volvieron a su color natural—Misrreal dice que si vuelves a insultarla no se controlara—dijo mirándome a mí. —¿Podemos ir a hablar afuera?—preguntó el Lobo a Caroline. Esta asintió y salieron afuera.
*Reichel* Me llevé a Ann a la ducha, la abrí y nos metí adentro, su sensibilidad era tal que no resistía que personas nuevas la tocaran, tenía visiones del pasado, el presente y el futuro sin poder controlarlo. Una vez que se calmó salimos, sus hermanos nos esperaban en el salón con Jack. —¿Cocinaras tú?—pregunté al Lobo que me miraba tiernamente. —Claro amor, yo me encargo—dijo sin dejar de mirarme así—¿Qué dice Misrreal respecto a Sebastián?—dijo más serio. —¿Qué voy a decir? Que quiero matarlo con mis propias manos porque no solo se quiere casar, sino que lo quiere hacer con esa Vampira—gruño mi Loba en respuesta. —Mejor hablemos de otra cosa—respondo con una sonrisa falsa. —De acuerdo, ¿Gemelos?—respondió y luego sonrió de oreja a oreja haciéndome una pregunta sencilla. —Así es, dos bebés—respondí mostrando dos de mis dedos. —Eso se oye genial, ¿para cuándo crees que serás tía de tu otra h
*Reichel* Misrreal miró a Jack y luego tomó nuestra forma humana, cruzó el salón completamente desnuda y no le importó, era una costumbre que se le había quedado grabada, ella no tenía ningún pudor frente a nadie. Inmediatamente Sebastián lanzó un gruñido y se fue tras ella. —¿Qué demonios haces?—grito cuando entramos a la habitación, Misrreal aún tenía a Ann en brazos. —¿Qué crees que hago?—fue su respuesta aun no me devolvía el control de nuestro cuerpo, dejó a Ann en la cama que inmediatamente se transformó en humana y se quedó sentada viendo la escena. —Todo el mundo acaba de verte desnuda—volvió a hablarle en gritos. —Sí, ¿no te gusto?—respondió ella, lo estaba desafiando. —Misrreal no hagas una estupidez frente a Ann—fue lo único que comente, sabía a donde quería llegar mi Loba. —¿Te burlas de mí?—dijo aún irritado. —¿Yo?—dijo mientras pasaba nuestras manos por todo nuestro cuerpo—¿no te
*Sebastián* —Eres un idiota—dijo Gregory con rapidez. —No digas nada que tú también estabas furioso—respondí intentando calmar mi ira. —Debemos escuchar a nuestra Luna, no andar golpeándola—me recrimino mi Lobo. Deje a mi Lobo hablando solo, aunque tenía razón, debo escuchar a Reichel, pero su Loba es todo menos habladora, se cree demasiado poderosa. —Nuestra Luna era poderosa antes de tener a su Loba, ella solo es una parte más o solo es una parte dividida de Reichel, recuerda que la Diosa Luna la eligió para nosotros antes de su nacimiento, por ende, Reichel y Misrreal ya existían desde antes—dijo en un intento de volver a psicologearme mi Lobo. Baje al salón, el ex de mi Luna estaba con mis cachorros jugando con unos ladrillos a construir algo. Me quedé en la entrada del salón viéndolos. Ann me miró de reojo, pude ver el destello de los ojos de su Loba. —Los intimidas—dijo el Lobo que vino
*Reichel* Estábamos recorriendo un local de ropa buscando algún vestido para la noche de año nuevo cuando siento que mi celular vibra. Lo tomo y veo que es Jack. “Tenemos un problema” leí y sin dudarlo avise a Sara que me regresaría a la casa, antes de que reaccione me metí en uno de los vestidores y me teletransporte. Estaban en la cocina, me acerqué a la isla y vi un collar, sabía a quién pertenecía. —Por todos los Dioses—dije intentando no perder el control. —Rei—dijo Shura parada al lado mío—nos atacaron, resistimos, pero… —¿La mataron?—interrumpí, no tenía tiempo para explicaciones. —No, no encontramos rastro de ella—contestó con rapidez una Puma avergonzada. —No puedo sentirla—dijo Misrreal frustrada. —¿En dónde está Ann?—pregunte aun sabiendo en donde se encontraba mi hija. —Están durmiendo en la sala de cine—dijo con rapidez mi perrito posesivo. Fui por e