Me encojo de hombros, rogándole mentalmente que simplemente tome mis palabras y siga adelante. -Era una mujer mayor. Probablemente estaba pensando que querría que alguien hiciera esto si fuera uno de sus nietos o algo así. No lo sé-. Le aprieto la mano. -Pero lo que importa es que acabo de extender un cheque a esa mujer snob del departamento financiero, y ya está. Vas a estar en la lista-.
Los ojos de Kamila se llenan de lágrimas. -¿Esto es real, Sarh? Después de todo lo que hemos pasado, ¿puede ser realmente así de simple?-
Me inclino y beso su mejilla. -Creo que por una vez nos toca buena suerte de nuestro lado, ¿no crees?-
-Diablos, sí-. Ella da medio risa, medio llanto. -Te ayudaré a pagar el préstamo, hasta el último centavo. Lo prometo-.
-Ni siquiera te atrevas a decirme esas palabras. Harías lo mismo por mí y más-.
-Me voy a incluir en la lista, Sarah-, dice, como si se lo estuviera recordando a sí misma más que a mí. -No quiero hacerme ilusiones, pero mi corazón está acelerado