Capítulo 116. Todo era su culpa
Maximiliano, cada vez que avanzaba en la lectura de aquel informe, se negaba a creer que aquello fuera cierto, porque entonces significaba que nunca conoció a la verdadera Olivia. Y lo peor no era eso, sino que allí decía que su hermana sabía desde un principio quién era el hombre con quien estaba saliendo y, aun sabiendo que era hijo de un narcotraficante, no le importó involucrarse con él.
Se preguntaba en qué estaba pensando Olivia al meterse con aquel tipo, sabiendo lo peligroso que era relacionarse con esa gente. Además, Miguelito era quien manejaba las finanzas de su padre, lo que lo hacía parte directa de los negocios sucios del narcotráfico.
Sinceramente, Maximiliano no podía aceptar que todo lo que estaba leyendo fuera real; tanto así que apartó el informe y, con el ceño fruncido, le preguntó a Alberto:
—¿Estás seguro de que esta información es cierta?
—Sí —respondió el investigador, enseguida le dijo: y eso no es lo peor, señor, puesto que a tu hermana las autoridades la inv