José Luis tomó el camino principal, el cual daba hacía varias fincas de la zona, para bordear la hacienda e ingresar por la otra entrada hacia el pozo, pues por el interior de la hacienda el camino era muy accidentado y temía que los golpes ocasionados por la vía le pegaran a Marcia y al bebé.
—¿Y por qué hemos tomado la ruta más larga?—preguntó la mujer con curiosidad.
—Aunque es más lejos por aquí, la vía está en mejor estado —respondió José Luis, tomándole la mano y entrelazando los dedos con los suyos.
Cuando apenas llevaban unos pocos kilómetros, vieron una camioneta vieja a orillada a la carretera, él frunció el ceño con desconcierto.
—¿Esa no es la camioneta de tu tío? ¿Qué está haciendo parada allí? —manifestó mientras