Capítulo veintiocho. Creo que me has roto
— — — — Narra Brad Lancaster — — — —
La miro acostado en la cama con las piernas y los brazos abiertos que parece que viene más de un maratón que de la bañera de hacer el amor cuatro veces conmigo. Me recuesto en el marco de la puerta y sonrío ante su imagen divina. Amo la forma en que me vuelve loco el mirarla simplemente.
Durante muchos años la gente me llamó esclavo de mi soltería, y se suponía que así siguiera... era feliz de esa forma pero fue conocer a Amy y perderme en ella, en la forma en que me hace sentir más allá del placer, más allá del sexo.
Me refiero a como me modifica las emociones y los sentimientos, ser su marido.
–No me puedo mover —me reclama divertida sacándome de mi introspección—, me duelen la extremidades. Creo que me has roto.
Me acerco a ella gateando por la cama y me tiro a su lado con toda la despreocupación del mundo. Como si no hubiese amenazas allá afuera en nuestra contra. Como si la vida no se nos hiciera com