Estaba en mi despacho cuando empecé a escuchar pisadas que provenían del pasillo acercándose hasta mi despacho. De pronto la puerta se abrió de golpe viendo entrar en el a mi esposa, acercándose ella a la mesa de mi despacho que era donde yo estaba mientras me sonreía y aunque casi no podía abrir los ojos por el dolor, si que escuche la voz suave de Rebeca, sintiendo sus cálidas manos en mi rostro
— Hola mi amor, ¿cómo te encuentras? — me pregunto
— Ahora que estás aquí conmigo me encuentro mucho mejor — le pude responder
Me trague las pastillas que tenía encima de mi mesa con un poco de agua de una botella que me dio mi secretaria, cogiendo después las manos cálidas de mi mujer.
— Por cierto Rebeca ¿que haces aquí?, no tenías que venir hoy a la empresa — le dije
—- Tu secretaria me llamó para decirme que te encontrabas muy mal, supongo que estarás incubando uno de tus ya existentes dolores de cabeza, así que he venido para irnos juntos a nuestra casa, aunque me he encontrado a tu sec