Capítulo veintinueve
Un mal presentimiento
Dejo que Clara termine de hacer la maleta y me dirijo hacia el cuarto de Marie. Allí me encuentro a mi esposo con nuestra hija en brazos, haciéndola reír con un sonajero en mano.
Amo verlos juntos, ser partícipe del amor que ambos se profesan. La imagen queda grabada en mi cabeza y me gustaría algún día poder inmortalizarla en un lienzo.&n