Capítulo veintiocho:
Una mujer feliz
Sus deditos se pegan a mi piel en tanto su pequeña boca succiona con avidez y yo no puedo hacer otra cosa sino contemplarla embobada. Es tan hermosa, tan... perfecta.
—Lo es —escucho la voz de mi esposo y entonces, me doy cuenta de que he pensado en voz alta—. Es hermosa y perfecta... como tú.
Alexandre se acerca a besar su cabecita y luego mis labios, para más tarde continuar observándola juntos. Así llevamos horas y creo que lo estaremos por otras más. Nuestros ojos simplemente no pueden apartarse de ella, de ser maravilloso que hemos creado juntos.
—Me cuesta creer que un ser tan puro y precioso haya venido de mí —declaro conmovida con unas silenciosas lágrimas asomando mis mejillas de manera repentina—. Es... es...
—Increíble —culmina la f
Bueno. Después de un mes en pausa regresamos. Febrero fue difícil por muchas razones para mí y me resultó imposible actualizar. Además de que esta historia es una obra en coedición y es aún más complicada. Aunque no hay excusa para mantenerlas esperando. ¿La buena noticia? Estamos de vuelta al pie del cañón y estaremos con actualización diaria hasta el final, bajo lluvia sol y sereno al ruso neandertal leeremos. Espero que los siguientes capítulos pueda compensaros y resarcirme. Sin más que decir, nos vemos mañana. Besos