[Narrador Omnisciente]

•Indiana

Laritza, al llegar a su casa de la infancia, cuelga en la pared de la sala su foto de graduación, su diploma, el otro diplomado por excelencia y sus sueños, sus sueños de amor, fe y alegría. Tomó la foto de su difunto padre y la abraza.

-Papá, aquí estoy, te traje el regalo que tanto deseabas, no uno, dos diplomas que acreditan a tu hija de 22 años como mejor de 3 generaciones, también tengo dentro de mí, el mejor regalo de la vida, la mayor fortuna, un bebé, papá, serás abuelo y sé que juntos lo guiaremos por él buen camino.

-Asi será hija.. Así será.—Su madre la abraza, le pide perdón por su lejanía, necesitaba tiempo para procesar la muerte del amor de su vida. Las dos se unen en un abrazo reconfortante.

Al siguiente van al doctor, horas de exámenes rutinarios para las embarazadas, ecografías, recomendaciones y al salir, ella sale con una gran sonrisa. Su bebé está perfecto.

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La semilla de su gran alegría, de su gran fortuna germinaba más cada día, cada semana y cada mes.. Ella se hacia fotos todos los días para luego mostrárselas a su bebé cuando fuera creciendo, ella sería madre y padre para él por eso, desde que saliera del embarazo trabajaría arduamente, su madre físicamente no le permitió trabajar ni en la granja, (Bueno solo en lo administrativo), tampoco la dejó trabajar en su carrera, su madre se encargará de todo con la promesa de su hija de que le devolverá todo lo consumido por ella y su bebé, su madre dió dos nalgadas, lo poco que dejó su padre, es de las dos.. Lo que sí hizo Lari fue especializarse en varias ramas de su carrera y como la metalúrgica, quizás porque dentro de ella sabe a Giovanni, le gusta esa profesión.

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Los meses pasan entre antojos, "idas al baño", idas al doctor, "idas al baño", idas a cursos prenatales, "idas al baño", comprando cosas para su bebé, "idas al baño"...

Ni por segundo se ha permitido llorar, pero comienza a sentir como si tuviese una espalda clavada entre pecho y espalda.

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El día esperado llega, su madre se vuelve loca cuando ella grita de dolor al momento de la primera contracción, corre por la pañalera, la maleta de su hija con todo lo que necesitaría, la cual revisaba todos los días los últimos dos meses, las llaves de la camioneta, un abrigo porque hacia frío y a la marcha.

Salieron para el hospital con su madre manejando y al llegar grita despertada para que atiendan a su hija.

Es un parto difícil, horas y horas de dolor y frustración, pero cuando la enfermera le entrega a su bebé, de cabello rubio oscuro, ojos marrones y todo rosadito, comienza a llorar de alegría, alegría que se convierte en su modo de sacar todo mediante esas lágrimas.

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[Nueva Jersey, 3 años después del abandono]

El tic-tac del reloj de la cocina le recuerda una y otra vez aquel día, el abandono, el tic tac se ha vuelto insoportable.

-Mamá..

-Mi niña..

-Romperé el maldito reloj si no lo guardas.—Claritza se ríe a carcajadas—

-No puedes, es un regalo de tu abuela..

-Guardalo mamá.—Su madre desmontó el gran reloj y se fue con él.. Volvió a tomar la carta que había encontrado entre las cosas viejas de la mudanza, tardó años en deshacerse de esa m*erd*, y cuando por fin tiene valor de hacerlo se encuentra con esto. Su madre nota que no está bien, Lari no es grosera.. Se acerca—

-¿Qué sucede?.—Lari levantó la carta—

-Esto estaba entre las cosas que recogiste hace años..

-¿Por fin decidiste deshacerte completamente de la basura?.

—Ella asiente, le pasa la carta a su madre que comienza a leer poniendo la misma cara de terror que Laritza.

Las palabras de la carta de Gio resonaban en su mente como un eco cruel, por eso algo no encajaba. En cinco años juntos, él jamás había sido un mald*to desgraciado—

-¿Dónde?, ¿cómo?.

-Estaba entre las cosas viejas, es otra carta. Es su letra y por trazos.. Estaba nervioso al escribirla.—Lari vuelve a leerla en vos baja para que Gabriel no las escuche—

*"Mi Lari, si estás leyendo esto, significa que no fui lo suficientemente cuidadoso. No puedo explicarte todo, pero mi partida no es lo que parece. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar, y precisamente por eso debo irme. Hay personas que... no puedo arriesgar tu vida. Algún día lo entenderás. Perdóname."

—Sus manos temblaron otra vez , su madre comienza a llorar.. Giovanni no la había abandonado por dinero. ¿Alguien lo ha obligado?. ¿Alguien lo ha amenazado?.

Un calambre en su estómago la dobló en dos. Mientras corría al baño, una sola pregunta martillaba en su mente: si Gio la amaba tanto como para sacrificarse por ella, ¿por qué no se había quedado a luchar?...

Lo que no sabía era que ya llevaba dentro de sí las claves de un misterio que conectaría su futuro con el pasado de su padre de formas que jamás podría imaginar.

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•GIOVANNI - PRESENTE

*[Milán, Italia - Oficinas de Plastichrom Industries]

Giovanni Visconti observa por la ventana de su oficina las calles de Milán, pero su mente está a cinco años atrás y miles de kilómetros de distancia. En su escritorio, la foto de una mujer de cabello marrón oscuro y sonrisa luminosa lo acusaba en silencio. No es Minerva, su esposa. Es Laritza, la única foto que había logrado conservar sin que su esposa la descubriera.

El teléfono sonó, interrumpiendo sus pensamientos tortuosos.

-Señor Visconti, la consultora estadounidense llegará mañana. Laritza Sandoval, de Simurgh Industries.—El nombre lo golpeó como un puño en el estómago. No podía ser. El destino no podía ser tan cruel... o tan misericordioso.

Se levantó bruscamente, derribando la taza de café sobre unos documentos. Mientras limpia el líquido oscuro, sus ojos se fijaron en un detalle que había pasado por alto en el informe de la consultora: una foto pequeña en la esquina superior derecha.

Era ella. Es su Lari.

Pero algo había cambiado en esos cinco años. No solo su éxito evidente o su elegancia refinada. Es algo en sus ojos, una dureza que él había puesto allí sin saberlo. Y alrededor de su mano izquierda, brillando en la foto profesional, estaba el reloj de oro que había pertenecido al padre de ella. El mismo reloj que él había visto en las manos de...

No. Eso era imposible...

El celular de Gio sonó, un número desconocido. Él con las manos temblorosas respondió—

•-¿Diga?.

•-Señor Visconti.

•-¿Quién es..

•-¿No pensaste que esto acabaría?, ¿Verdad?.

•-No sé qué m****a quieres, pero aléjate de mí familia.—El silencio del otro lado de la línea fue más elocuente que cualquier respuesta, seguido por una carcajadas estridente y cruel—

•-El juego apenas comienza, Giovanni espero que estés preparado para las consecuencias de lo que hiciste hace 20 años.—La línea se cortó, dejando a Gio con la certeza aterradora de que el reencuentro con Laritza posiblemente no sería solo sobre amor perdido.

Sería sobre verdades que había enterrado tan profundo que había olvidado que existían.

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❀ ⃟ LILIANA SANTOS ⃟ ❀