Tragó saliva rechazando la empatía que estaba desarrollando hacia él, definitivamente, había sido mala idea salir a comer con alguien que lo apreciaba, pero entonces llegó Telma y la sorprendió con un beso en la mejilla.
—Estabas en la luna –la acusó, y luego miró a su compañero de mesa.
—Ah… Te presento a… —Adrián se puso en pie y le extendió la mano presentándose a sí mismo.
Telma se sentó y miró a ambos con una sonrisa.
—¿Estoy dañando el ambie