Dan localizó al investigador en una de las mesas del fondo y caminó directo hacia él. El hombre se levantó y le extendió la mano.
—Señor, buenas tardes.
—Es un gusto verte tan pronto. Creí que tardarías un poco más.
Los dos se sentaron antes de que Dan volviera a hablar.
—¿Qué es lo que averiguó?
—El número estaba registrado a nombre de una agencia de modelaje, al investigar un poco más descubrí que el celular es uno de tantos que la agencia les da a sus empleadas. Este en particular se lo dieron a… Tengo el nombre por aquí. —El hombre empezó a revisar en el archivo que tenía con él.
Dan esperó mientras una conjetura se formaba en su cabeza. Esperaba estar equivocado porque sin importar de quién se tratará no iba a tener piedad.
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