—Bella, me da miedo que vayas —dijo preocupada—. Su madre es muy agresiva y seguro que te va a tratar mal. Mejor llama a Julio y pregunta cómo está, y ya le enviaremos algo de dinero.
Elena negó con la cabeza. —Conozco a su madre. Si no voy, seguro que va a ir al hospital a armar un escándalo con este asunto. Por el bien de la paz, es mejor que vaya.
—¡Ella misma provocó el accidente y todavía se atreve a molestarte! ¡Es por la costumbre de abusar de ti que cree que puede tratarte como quiera! —exclamó Bella, indignada.
»Te acompaño, no me importa que me busque problemas, ¡voy a estar de tu parte!
—No hace falta, no quiero que te diga cosas desagradables. —rechazó Elena
»No les tengo miedo, voy a ir y aclararé todo esto delante de Julio. Si sigue sin entrar en razón, ya no la voy a consentir más.
—Bella, vuelve tú —intervino Manuel—. Yo acompañaré a Elena.
—Como este incidente ha ocurrido en el centro comercial, tengo la responsabilidad de ir a ver a la señora y preguntarle qué piensa