Además, el tiempo de interacción estaba limitado a un máximo de 10 minutos por visita.
Aún así, cuando Bella pudo abrazar al suave y esponjoso panda, no pudo contener su emoción.
Colocó trozos de manzana en las pequeñas patas del osito, y este se acurrucó mansamente en sus brazos mientras comía.
Bella estaba encantada por la ternura y la suavidad del panda. No dejaba de acariciar su pelaje con su rostro, sonriendo de oreja a oreja.
Pedro, que la acompañaba, iba registrando la escena con su teléfono.
Aunque el tapabocas cubría su hermoso rostro, Pedro pudo percibir su sonrisa en la mirada satisfecha y feliz que le dedicaba al osito.
Especialmente su mirada hacia bebé panda, estaba muy satisfecha y feliz.
Él también se contagió de esa sensación de plenitud al ver a Bella tan dichosa.
Lamentablemente, el tiempo se agotó rápidamente, y Bella tuvo que despedirse a regañadientes del pequeño panda, entregándolo de vuelta al cuidador.
—¡Los pandas bebé son tan adorables! —exclamó emocionada al