—¡Bueno, bueno! —dijo Elena—. ¡Tengo que irme a trabajar ahora!
Bella tomó el desayuno y luego llegó al Grupo de Expedición.
Laura la vio y la siguió hasta su oficina.
—¿Por qué no viniste ayer a trabajar?
—Estaba ocupada con unos asuntos —respondió Bella—. ¿Me buscabas por algo?
Laura dijo con vergüenza: —Tú dijiste que me ibas a enseñar a analizar los datos.
Ah, era eso.
Como hermana de Elio, Laura era mucho más simple que él.
Elio era astuto e impredecible, nadie podía adivinar sus pensamientos.
En cambio, Laura, a pesar de querer pedirle ayuda a Bella, se esforzaba por mantener una actitud altiva.
—¿No crees que hay gente con más experiencia que yo en la empresa? ¿Por qué no les pides ayuda a ellos? —preguntó Bella intencionadamente.
Laura resopló: —¡No quiero molestar a nadie más! ¡Tú me quitaste a mi hermano Carlos!
—¿De verdad crees que fui yo quien te lo quitó? —preguntó Bella.
Laura, por supuesto, sabía que no era así.
Sus mejillas se sonrojaron un poco cuando dijo: —No fuiste