La mirada de Elena se había apagado visiblemente, retrajo sus brazos y comentó con indiferencia: —Me quemé un poco mientras cocinaba.
—No hablemos más de eso, ¿no tenías que hacerte un chequeo? Te acompañaré —respondió Bella.
Sospechó que algo había ocurrido entre Elena y Julio. Pero este no era el momento adecuado para hablar de ello, así que siguió la sugerencia de Elena de ir primero a su cita médica.
Bella se estaba recuperando bien, sin mayores problemas de las lesiones causadas por su caída desde la azotea.
—¿Aún no has comido? ¿Quieres ir a la cafetería a tomar algo? —preguntó Bella.
Elena no se negó. —Vamos a la cafetería del hospital, tengo que quedarme de guardia más tarde.
—De acuerdo.
En la cafetería del hospital, la iluminación era brillante y el piso estaba muy limpio. Además, había varias plantas decorativas que le daban un ambiente agradable.
A esa hora ya había pasado el horario de comidas, así que no había mucha gente.
—Su hospital tiene un buen ambiente —comentó Bell