Capítulo 389
Al oír la mención del legrado, Bella apretó los dientes y dijo con ira: —¿Dónde está Anna ahora?

—Después de que Pedro la sacara del agua, tuvo que ser ingresada de urgencia porque tenía mucha agua en los pulmones. Aún no ha despertado.

Elena sostuvo a Bella con firmeza y le habló con seriedad: —Bella, entiendo que odias a Anna, pero por favor, no hagas nada imprudente.

—Si algo le pasa a Anna, ¡tú serás la responsable! ¿Vale la pena sacrificarte por alguien así?

—¡Pero ella mató a mi hijo!

Al recordar las palabras desafiantes de Anna, Bella no pudo resistir el impulso de matarla.

—Lo sé, lo sé. Tranquilízate, por favor.

Al ver que temblaba Bella, Elena no dejaba de tranquilizarla.

Cuando Bella se hubo calmado un poco, Elena la ayudó a recostarse en la cama y le acercó un vaso de agua tibia. —Bebe un poco, te hará bien.

Bella abrió la boca a regañadientes y bebió unos sorbos.

Elena dejó el vaso a un lado y ayudó a Bella a acomodarse. —El agua tibia hará que tu estómago se sienta un poc
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