La sonrisa en el rostro de Charlene se derritió, pero aun así mantuvo la compostura. "Todo gracias a usted, señorita McKinnon. Si usted no le hubiera hecho compañía a Brendan cuando yo no estaba, él no me habría echado tanto de menos y no se le habría ocurrido sacarme de la cárcel. Parece que nunca puede quitarse de la cabeza el hecho de ser mi sustituta, señorita McKinnon".
Al oír lo que decía Charlene, Brendan frunció ligeramente el ceño y la miró amenazadoramente. Sin embargo, Charlene lo ignoró. Conocía su secreto, así que ahora no le tenía miedo.
Después, se dio la vuelta y le preguntó a Brendan con una voz dulce: "¿Tengo razón, Brendan?".
Su rostro se llenó de una sonrisa mientras esperaba la respuesta de Brendan.
Brendan cerró los ojos. Al cabo de unos segundos, volvió a abrirlos y dijo: "Sí".
A Deirdre le dio un vuelco el corazón y sintió un escalofrío al oír la respuesta de Brendan. Había pasado por tantas decepciones que se había vuelto insensible a ellas.
Le dijo con c