Las cejas de Kyran empezaron a fruncirse cuando Deirdre preguntó suavemente: "¿Mm? ¿Quién era?".
"No lo sé. Debe de ser uno de esos teleoperadores. Voy a contestar un rato".
Se levantó y se dirigió hacia el balcón. Sin inmutarse, Deirdre siguió hablando con Declan durante el resto de la cena. Cuando la comida de Kyran empezaba a enfriarse, se dio cuenta de que él no había vuelto.
Declan, tan perspicaz como siempre, supo leer el rostro de Deirdre. "Probablemente sea algo del trabajo. Como no ha estado en su despacho estos días, seguro que tiene un montón de asuntos con los que echar una cabezada".
"Sí. Probablemente tengas razón", respondió Deirdre con una rápida sonrisa mientras una pesada sensación de temor y presentimiento se desplegaba en su pecho. El incidente de hoy con la mujer de mediana edad parecía presagiar algo malo.
Se oyó un ruido sordo en lo alto. Glenna levantó la vista de su comida y murmuró para sí: "¿Va a llover?".
"Creo que sí", respondió Declan. "El clima no h