El día era agradable, los niños jugaban en el pueblo, los enamorados paseaban y los comerciantes vendían.
Definitivamente era un día en el que cualquier persona sentiría ganas de salir de casa para pasar el rato, así como lo estaban haciendo Andrea y Jax, siendo el plan de el príncipe Arturo también imitar a su hermano, pero… la princesa Candy tenía otros planes.
-¡Hiuju! Nada es mas divertido que caminar por el peligroso bosque de la perdición eterna, en un día tan bonito, ¿no crees?- preguntó la chica mientras sonreía por ver como una serpiente los veía desde las ramas de un árbol.
Su padre les tenía absolutamente prohibido ir a ése lugar, pero iba en compañía de un príncipe, así que no había problemas, ¿verdad?
-¿Po… podemos descansar un rato?.. todavía&