Mathew caminaba de vuelta a su habitación con paso apresurado, no era normal que su pecho se apretara de aquella forma. Lo había hecho desde que su esposa lo había ido a ver y había dicho cosas que no tenían sentido. Abrió la puerta y como sospechaba la habitación estaba vacía. Su corazón latió rápido en su pecho y respiró para calmarse, no era normal en él alterarse, a menos que Lara estuviera involucrada. Había estado sumamente rara en los últimos días y eso era lo único que llenaba su cabeza al punto de casi no poder adelantar en su trabajo.
Oyó los pasos de los hermanos corriendo en su dirección y en cuanto llegaron ambos se arrodillaron posando sus frentes en el suelo.
-¿Dónde está Lara?- el rostro de Mathew era sombrío.
-No está- respondió Dyna.
-La hemos buscado en toda la manada, pero no está- dijo Byron con voz apretada- Ella... ella parece que se fue-
Sintieron las feromonas de su alfa manifestarse y un aura espesa parecía rodear su cuerpo. Los ojos del lobo se habían tornad