Milos no podía quitar de su mente el hecho de que, por salvarlo, Avani no podría vengar su muerte, durante la semana había hablado con la castaña a lo que se refería específicamente con aquello. Fue a mitad de semana mientas estaban en la oficina que el joven decidió preguntar aquello que tanto lo inquietaba.
— Anni. — llamo a la joven que estaba limpiando las hojas de una SANSEVIERIA, que ella misma había hecho crecer en la oficina del menor de los Petrov.
— Dime. — respondió de inmediato girándose para verlo.
— ¿Por qué no puedes simplemente enviar una carta y decir donde está enterrada Acacia y quien la mato? o yo podría… — la joven levanto su mano para que Milos se detuviera.
— El cuerpo de Acacia solo podía exhibirlo yo mediante el poder de la naturaleza, y al ser encontrado encontrarían