Dos meses habían pasado desde que regresaron de Irlanda, a Nasima cada vez se le dificultaba más escapar de Yannick, más aun de sus manos que se habían empecinado en querer abrazarla a cada rato, justo ahora que el vientre de la pelirroja comenzaba a crecer a su pelinegro se le daba por ser cariñoso, por suerte sus hermanas estaban siempre al pendiente y evitaban cualquier contacto, limitado todo a simples besos, pero pronto tendrían que renunciar oficialmente a sus alas, lo más importante en cuatro meses terminaría su contrato y ellas deberían dejar la mansión Petrov.
— Anni ¿podemos hablar un minuto? — Milos la había estado esperando en el jardín delantero por más de una hora.
— Claro, chicas nos vemos después. — sus tres hermanas continuaron su camino sin decir nada más, de todos, estos jóvenes eran los que más tiempo