Capítulo 75.
Xenois
En el instante en que la voz de Thorne interrumpió el momento que estaba compartiendo con Sophia, sentí como si me echaran agua fría encima. La niebla que se había apoderado de mi mente en los últimos minutos empezó a disiparse y de repente, recuperé el control total de mis sentidos.
Estaba parado frente a la escuela de mi hijo, sosteniendo a otra mujer, aun cuando mi compañera acababa de marcharse llorando, después de no haberla apoyado y elegido a otra mujer por encima de ella.
La mujer que sostenía me había besado, y yo había, Dios me ayude, le correspondí el beso.
¿Qué diablos me pasaba?
Sentí el alivio recorrerme al ver el rostro familiar de Thorne, aunque una parte de mí estaba furiosa por el tono en su voz. Además, me veía como si fuera un extraño, como si hubiera hecho algo tan inesperado que no podía procesarlo.
—Thorne —lo llamé de nuevo, con voz más firme ahora que aquella extraña niebla se había aclarado—. Puedo explicarlo.
—¿Puedes? —sus ojos oscuros estaban llenos